Según la OMS, discapacidad es toda educción total o parcial de la capacidad para llevar a cabo actividades complejas o integradas representadas en tareas, aptitudes y conductas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para este tipo de problemas existe actualmente una gran diversidad de terapias de rehabilitación que contribuyen a mejorar la calidad de vida de la persona que lo padece.
La rehabilitación se concibe como un proceso dinámico integrado por un equipo profesional que aúna sus esfuerzos en base a un mismo objetivo y por una persona con limitaciones que juega un papel activo dentro del proceso. Gracias a la rehabilitación, es posible mejorar las capacidades físicas y mentales de estas personas para que puedan participar en la sociedad en igualdad de oportunidades.
En los últimos años han ido apareciendo una serie de actividades, sustentadas sobre estudios científicos, que hacen posible la recuperación tanto física como emocional, y ayudan a la integración social de las personas que las han recibido. Obteniendo resultados que, al ser comparados con las técnicas y procedimientos tradicionales, han demostrado ser más rápidos, eficaces y aceptados. Son las llamadas terapias alternativas de rehabilitación.
En este sentido, destacan las Terapias Asistidas con Animales (TAA) en las que existen unos objetivos previamente definidos y en las que participa un animal que cumple con los criterios específicos necesarios para llevar a cabo el proceso terapéutico. Pensadas para proporcionar beneficios físicos, sociales, emocionales y cognitivos, este tipo de terapias deben estar previamente diseñadas y ser posteriormente evaluadas.
Aunque pueda parecer algo muy novedoso, lo cierto es que los animales han formado parte desde tiempos inmemoriables de programas terapéuticos con el objetivo de ayudar a las personas. Se sabe por ejemplo que los griegos ya daban paseos a caballo para mejorar la autoestima de personas con enfermedades incurables. No obstante, este tipo de programas no empezaron a aplicarse de manera generalizada hasta la década de los 60 del siglo pasado.
Equinoterapia
Para aquellas personas que sufren algún tipo de discapacidad, el caballo no solamente supone el adquirir de pronto todos sus atributos (agilidad, movimiento armónico, fuerza…), sino también un tratamiento que proporciona grandes resultados. Y es que montar a caballo es una excelente actividad para la rehabilitación de los músculos, la recuperación o mejora del equilibrio y el desarrollo de la autoestima. Especialmente para personas que sufren mutilaciones, parálisis cerebral, síndrome de Down y discapacidades similares. Además, el caballo es una fuente inagotable de estímulos, ya que favorece la coordinación motora, la atención, el equilibro, los reflejos y otras muchas respuestas autónomas.
Delfinoterapia
Esta terapia empezó a aplicarse en pacientes con síndrome de Down, depresiones y autismo en el delfinario de la Costa Brava de Girona con excelentes resultados. Se trata de la combinación de la Biosónica y la Terapia Sacro-craneal que emplean las emisiones acústicas de los delfines para desbloquear y reequilibrar determinados casos en los que otros tratamientos convencionales no resultan adecuados. La piel, donde se encuentran las terminaciones nerviosas del cuerpo, recibe las ondas emitidas por los delfines, que llegan hasta nuestro oído y nuestro cerebro, realizando una estimulación selectiva, ya que dentro de estas ondas hay sonidos que podemos escuchar y otros que son infrasonidos. Así pues, este tipo de terapias están enfocadas a despertar áreas concretas de nuestro cerebro y a reequilibrar los hemisferios cerebrales. Sin olvidar por supuesto los beneficios del medio acuático para el cuerpo.
Perros de servicio
Los perros como compañeros de personas con discapacidades visuales se llevan utilizando desde el año 1250 a. C. en China. Pero además, a partir de la década de los 60 del siglo pasado, se empezaron a entrenar algunos perros para alertar a personas con discapacidades auditivas sobre los sonidos de llantos de niños o alarmas. En la actualidad, sus aplicaciones han ido incluso más allá y hoy hay perros que son capaces de avisar sobre crisis de epilepsia o cambios en los niveles de azúcar en sangre antes de que se produzcan.
Pero además, hoy en día también se están entrenando perros para personas que sufren lesiones de médula, esclerósis múltiple, distrofia muscular, parálisis cerebral, síndrome de polio o pospolio y lesiones cerebrales adquiridas. Aprenden tareas como empujar sillas de ruedas, abrir puertas, encender y apagar luces, alcanzar el teléfono y recoger diferentes objetos.
Este tipo de perros están entrenados para no distraerse ante ninguna situación, han de estar capacitados para desenvolverse sin problemas en cualquier lugar donde haya personas o animales y no presentar signos de agresividad.
Gatos
Hay estudios suficientes como para asegurar que las terapias con gatos también son beneficiosas para la salud. El contacto amistoso con el felino puede reducir el estrés de los dueños y proporcionarles tranquilidad. Se ha demostrado que las personas que sufren de trastornos psicológicos mejoran al disfrutar de la compañía de un gato y recientes estudios han revelado que aquellas personas que padecen del corazón progresan con mayor rapidez hacia la mejoría.