Aunque muchas personas los confunden, prótesis y órtesis son dos términos distintos. Ambos pertenecen al campo de la ortopedia, pero no realizan la misma función, como explicamos a continuación.
Prótesis: extensión artificial
La prótesis es una extensión artificial que sustituye a una parte del cuerpo que no existe, ya sea por agenesia o por amputación. De esta forma, se reemplaza la función del miembro que falta para que la persona pueda llevar una vida más cómoda. Pero también sirve para cumplir una función estética. Es más, hay algunas prótesis que son meramente estéticas y que no poseen ninguna funcionalidad. Es el caso, por ejemplo, de las prótesis de cristal para los ojos o las prótesis mamarias.
Aunque es cierto que no tienen nada que ver con las de la actualidad, las prótesis se han utilizado a lo largo de buena parte de la historia. Un buen ejemplo de ello es, por ejemplo, las patas de palo que tantas veces hemos visto en las películas de piratas. Eso sí, las prótesis modernas son mucho más sofisticadas y ofrecen a la persona una gran capacidad de movimiento y hacerlo de manera cómoda. Uno de los últimos dispositivos que se han lanzado es la prótesis de mano capaz de detectar micromovimientos de los músculos en la parte restante del brazo amputado y utilizarlos para enviar órdenes a la mano robótica, de manera que la persona puede utilizarla casi de la misma forma que si se tratara de una mano humana, algo que hasta hace pocos años parecía increíble. Esto permite al usuario realizar tareas cotidianas y disfrutar de numerosas actividades que, de no ser así, le costaría mucho más o que, incluso, no podría realizar sin la prótesis.
Pero además de su carácter funcional, como decíamos las prótesis también tienen una misión estética. Aquellas personas que han perdido un ojo y quieren presentar un mejor aspecto, pueden ponerse un ojo de cristal. Y las prótesis de piernas hacen que la persona pueda caminar por la calle sin sentirse observada en todo momento por la ausencia de una pierna.
Órtesis: elemento de apoyo
Por su parte, las órtesis constituyen un apoyo externo que se aplica al cuerpo con el objetivo de cambiar algunos aspectos estructurales o funcionales que tienen que ver con el sistema musculoesquelético. Pero también son muy útiles para economizar energía, alinear o corregir deformidades. Pueden ser dispositivos, férulas, ayudas técnicas… y clasificarse en protectoras, funcionales, correctoras y estabilizadoras.
Los tipos de órtesis más comunes son los soportes para las rodillas, los pies y el calzado y la espalda tirante. Opciones muy utilizadas en aquellos casos en los que es necesario corregir problemas provocados por una lesión o por condición de salud. Por ejemplo, es habitual que aquellas personas que padecen escoliosis y que presentan una curvatura en la columna vertebral sean tratadas con un corsé ortopédico que se coloca en la espalda. Pero también hay pequeñas ortésis que además no son perceptibles por el resto de personas, como las plantillas para zapatos ortopédicos, diseñadas para mejorar la postura y reducir el dolor de espalda, piernas y pies, haciendo que el esqueleto se vaya alineando de una manera adecuada.
Otros tipos de órtesis son, por ejemplo, las llaves de halo, utilizadas para dejar inmóvil la parte de arriba de la columna vertebral y la cabeza tras haber sufrido algún daño en la médula espinal; o los apoyos flexibles para codos y rodillas, utilizados para evitar lesiones mientras se está realizando un ejercicio intenso donde las articulaciones están implicadas, como es el caso del atletismo.
Con lo cual, podríamos decir que la principal diferencia entre las órtesis y las prótesis radica en que las prótesis reemplazan y las órtesis complementan o apoyan, pero en ningún caso sustituyen. Conocer estas diferencias ayudará a elegir el dispositivo más adecuado en cada caso. No obstante, muchas veces ambas se fabrican utilizando los mismos materiales: kevlar, plásticos avanzados, nylon, caucho de neopreno, etc. Pero, además, cada vez son más habituales los metales ligeros fuertes como el titanio o el aluminio para sustituir al acero, que es un material mucho más pesado.