Con la llegada del verano, también llega el cambio de calzado. Es el momento de sacar de nuestro armario esas sandalias tan monas que compramos el año pasado o estrenar unos zapatos nuevos. La cuestión es que con solo pensar en las rozaduras, ya empezamos a sentir molestias en los pies. No obstante, debes saber que pueden evitarse con algunos sencillos trucos. De esta forma, podemos evitar que aparezcan y que podamos disfrutar de nuestros zapatos. Llevar tiritas en el bolso puede aliviarnos en los primeros momentos, pero en cuanto se despegan al andar, se arrugan y acaban colándose dentro del zapato. Por eso, hoy en Hedasa te traemos algunos consejos que seguro que te vienen muy bien para evitar las rozaduras este verano.
1. Elegir la talla adecuada
Aunque parece muy obvio, no siempre el número de zapato que usamos es el mismo en todos los modelos. Por eso, es importante probarse bien el zapato en ambos pies para elegir la talla que mejor se adapte a nuestro pie.
2. Medias plantillas
Es más frecuente de lo que imaginas que un pie sea más pequeño que otro, por lo que siempre es preferible comprar la talla más grande y luego usar una media plantilla para adaptar el zapato a nuestro pie más pequeño.
3. Crema hidratante
Si aplicamos un poco de crema hidratante en los bordes y costuras del zapato, especialmente en los zapatos que nos más duros, conseguiremos que el tejido se ablande un poco y se ajusten mejor a nuestros pies.
4. Horma
Si el zapato es muy estrecho, puede que terminemos haciéndonos daño. Como suele decirse, más vale prevenir que curar. Por eso, lo más recomendable es llevarlos al zapatero para que lo meta en la horma y se ensanchen un poco.
5. Congelador
Comprar zapatos estrechos no es la mejor opción, pero muchas veces no podemos resistirnos a un par precioso. Si queremos que se adapten mejor a nuestro pie, podemos llenar una bolsa de las que se usan para congelar alimentos y llenarla de agua hasta la mitad. La cerremos bien y la metemos en los zapatos en la parte más estrecha y lo metemos en el congelador. El agua aumenta su tamaño cuando se congela y la humedad hace que el zapato pueda moldearse mejor. Eso sí, es importante que te lo pongas al sacarlo del congelador para que tome la forma deseada.
6. Agua o alcohol
Humedece con agua caliente o alcohol la zona que te roza y póntelo hasta que se seque y haya dado de sí. No obstante, hay que tener cuidado ya que puede quedar marca. También hay sprays especiales para ellos en las zapaterías. Aplícalo y ponte unos calcetines para que cedan.
7. Antirrozaduras
En las farmacias puedes encontrar cremas protectoras que forman una capa a modo de segunda piel para prevenir las rozaduras.
8. Plantillas de silicona
Las medias plantillas de silicona que se colocan en el talón consiguen que el pie se eleve y que el zapato no nos roce. Si estamos por la calle, algunas servilletas pueden lograr el mismo efecto.