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Cómo crear una cocina adaptada para PMR

La cocina es una de las partes de la casa en la que las personas con movilidad reducida tienen más dificultades para ser autónomos. En este sentido, una cocina adaptada para PMR ayudan a que puedan cocinar y desenvolverse sin problemas. Una adecuada distribución de los muebles, los utensilios adaptados a personas con problemas de movilidad en las manos y los sistemas de apertura y mandos a la altura apropiada y fáciles de manejar son sólo algunos de los elementos que pueden hacerles la vida más fácil.

Lo más importante a la hora de crear una cocina adaptada para PMR es que pueda realizar el mayor número  de actividades posible de manera independiente sin tener que estar pidiendo constantemente ayuda a los demás. Por eso, la idea es que el diseño sea lo más sencillo posible para que las actividades puedan desarrollarse con el menor número de obstáculos, previendo todos los movimientos que se llevarán a cabo dentro del espacio disponible.

¿Cómo debe ser una cocina adaptada para PMR?

Tamaños y distancias

En una cocina adaptada para PMR deben establecerse tres zonas: la encimera, el fregadero y el frigorífico. La distancia entre ellos debe ser de entre 3,6 m a 6,6 m y la distancia entre la encimera y el fregadero de entre 1,2 m y 2 m. Por su puesto, dentro de este triángulo de trabajo jamás deberán establecerse barreras. Además, sería bueno dejar espacio para las piernas y poder regular la altura de las zonas de trabajo en función de las necesidades de la persona. La cocina en L es una buena opción pero, sin duda, la mejor solución es la cocina en U, ya que reduce las distancias y concentra las zonas de trabajo y los utensilios pueden moverse por la encimera sin necesidad de levantarlos. La que no resulta nada adecuada es la cocina en paralelo.

Áreas de trabajo

Cada zona de trabajo en una cocina adaptada para PMR debe ser diseñada de manera personalizada, teniendo en cuenta sus características y las necesidades de la persona. Por ejemplo, debería haber suficiente espacio en los armarios cercanos al fregadero para almacenar los utensilios de limpieza, la vajilla y los cubiertos. En la zona de limpieza se debe facilitar el acceso al cubo de basura desde el fregadero.

Soluciones de almacenaje

La forma y la superficie de una cocina adaptada para PMR determinarán el espacio que tendremos disponibles para guardar los utensilios. Lo ideal es que en la parte inferior haya el mayor espacio posible para facilitar el movimiento y que los muebles se establezcan en columnas de estantes deslizantes o en cajones organizadores.

Los utensilios y el menaje

Los utensilios de una cocina para PMR deben poder guardarse en los muebles cercanos a la zona en la que se preparan los alimentos, siempre a una altura y distancia de fácil acceso. Además, debe dejarse un espacio libre para empujar o dar vueltas a la comida desde la zona de preparación. Por otro lado, el fregadero debe quedar bien conectado con esta zona para poder llenar las ollas de agua y desplazarlas sin problema por la encimera sin que haya que levantarlas.

Electrodomésticos

En una cocina adaptada para PMR los electrodomésticos deben estar lo más integrados posible. Por ejemplo, para aquellas personas que se desplacen en silla de ruedas es recomendable separar la cocina del horno, ya que de esta forma pueden contar con espacio suficiente para las piernas. Además, la superficie inferior debe estar aislada térmicamente de la encimera para evitar riesgos de quemaduras en las piernas. En el caso de personas con discapacidad visual, lo mejor es apostar por cocinas eléctricas con pomos.

El horno no debería estar a una altura superior a los 1,63 m, de manera que los usuarios puedan ver el interior del mismo y manipular los alimentos calientes cómoda y fácilmente, y cerca debería haber una superficie resistente al calor para que puedan colocarse las bandejas, las cazuelas y sartenes calientes.

Por su parte, la nevera debe ser combi y contar con sistema de descongelación automática, y los cajones y estanterías tienen que ser transparentes para que pueda verse desde fuera lo que hay en el interior. La puerta de apertura del mismo debe poder girar hasta los 180 gradado y debe estar separada unos 30 cm del suelo.

Por último, el lavavajillas debe situarse cerca del fregadero, a una altura mínima de 30 cm.

La supresión de barreras en el hogar, especialmente en sitios como la cocina o el cuarto de baño es fundamental para las personas con movilidad reducida. Esperamos que este post te haya sido útil para hacer tu vida más sencilla y accesible. Estamos a tu disposición en nuestra tienda de ortopedia en Salamanca. ¡Te esperamos!

Autor

Sandra Rodriguez es Terapeuta ocupacional y Tecnico orto protésico. Se graduó con el título de Terapia ocupacional en la Universidad de Salamanca y posteriormente se especializó como Tec. Orto protésico por esta misma universidad. Su experiencia profesional como terapeuta ocupacional pasa por el mundo de la Neurorehabilitación en el Hospital Nisa Valencia al Mar de Valencia y el mundo de la geriatría en la Residencia Cibeles de Salamanca. Inició su carrera como Técnico orto protésico en el año 2017 en la Ortopedia Hedasa Prosalud situada en Salamanca donde ejerce en la actualidad.
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